Hoy ha sido el primer día de “preparación”. He hecho una carrera suave durante 10 minutos, con ejercicios de calentamiento, algunos abdominales, etc. y luego he incrementado el ritmo un poco, hasta correr en total unos 30 min.
He puesto lo de preparación entre comillas, porque realmente cuando salí a correr no lo hice con intención de preparar nada, sino simplemente con la idea de retomar la rutina de hacer deporte todas las semanas. Este verano, conseguí hacerme al hábito de “hacer algo” 2 o 3 veces por semana. Unos días era bici (tengo en casa una bicicleta de spinning) y otros era salir a correr. No tenía ningún objetivo específico, simplemente hacer deporte, y quitar esa capa de “óxido” imaginario que se va formando en los músculos con el paso de los años, (sobre todo cuando uno se pasa 8 y 10 horas al día sentado frente a un ordenador). El problema es que esa motivación por hacer deporte suele durar una o dos semanas y luego siempre aparece una excusa que la vence y te lleva de nuevo a la inactividad.
Por eso pensé que esta vez debía ser diferente. Había que buscar una motivación que fuese un poco más fuerte que el simple hecho de “hacer algo” de deporte, así que me acordé de la San Silvestre y decidí recabar información sobre el tema para ver si ese podía ser un objetivo realista y lo bastante motivador como para hacerme salir a correr con regularidad.
Además, faltan exactamente 50 días para el día 31, así que pensé que ese podía ser también un buen argumento para prepararla con un poco de planificación.
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