¿A qué hora se debe entrenar?

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Cada vez que he intentado hacer deporte de forma regular me he encontrado con la misma duda. ¿Cuándo es el mejor momento para hacer deporte? Me refiero a cuál es el mejor momento del día para que el cuerpo se habitúe a la rutina de entrenar sin que suponga un problema para el resto de las tareas y compromisos diarios (estudios, trabajo, familia). Tal vez ¿a primera hora del día, antes de ir al trabajo? ¿A mediodía, justo antes de comer? O ¿tal vez por la tarde/noche al volver a casa después del trabajo o las clases?
Cuando no hay una rutina establecida, el momento elegido es una combinación de “cuando tenga tiempo” y “cuando tenga ganas”. Pero está claro que ese no es el objetivo. La idea es identificar un momento del día donde sepamos que “tendremos tiempo” y que además la motivación supere a la pereza.

Repasando cada una de las tres opciones de antes, todas tienen sus argumentos a favor y en contra:

A primera hora del día, antes de ir al trabajo o centro de estudios:
  • A FAVOR: Sirve para despertar del todo y empezar así la jornada laboral con el cuerpo activado.
  • EN CONTRA: Dependiendo de la zona y de la época del año, a primera hora de la mañana puede que haga mucho frío y a veces no resulta fácil madrugar, así que la pereza puede imponerse muchos días.
A mediodía, justo antes de comer
  • A FAVOR: Sirve para hacer un paréntesis en el trabajo o en las clases, para desconectar de los problemas habituales y liberarse del estrés sudando un poco.
  • EN CONTRA: Exige ajustar mucho los horarios laborales (comer en menos tiempo o en otro sitio) Con frecuencia surge algún problema urgente, una reunión de última hora o una llamada que se alarga demasiado y se pierde esa ventana de tiempo que teníamos disponible para entrenar y comer.
Por la tarde/noche, después de volver del trabajo o de las clases
  • A FAVOR: Sirve para hacer un cambio de contexto en el día. Liberar toda la tensión del trabajo haciendo deporte y llegar a casa más relajados y con la mente en otra cosa.
  • EN CONTRA: A veces la jornada laboral se alarga demasiado y no deja tiempo ni ganas para nada más.
Al final, en mi caso, he encontrado un argumento a favor de la primera propuesta, es decir, la de hacer deporte a primera hora: “Lo que se planifica para hacerlo a primera hora del día tiene más probabilidades de que se haga. El resto suele estar a expensas de los imprevistos”. Ese argumento es el que me ha servido hasta ahora para conseguir la rutina que buscaba, y además, al terminar, uno se siente realmente bien cuando comprueba que, a primera hora de la mañana ya ha hecho una de las tareas planificadas para ese día y que además se trata de una tarea buena para uno mismo y para su salud. Queda todo el día para el resto de tareas…

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